El Pentágono esta filtrando cada vez más información sobre sus planes de guerra y las armas con las que dispone, sin nunca perder de vista el estado de la opinión publica. Luego de las noticias y declaraciones sobre la concentración de decenas de millares de combatientes, como también de material de guerra ultra potente, ahora deja conocer a tecnologías que permiten reducir el costo en vidas humanas de la guerra.

San Francisco, California, 24.feb.03

El caso más sorprendente es un software que se supone reducirá los daños colaterales que causan horror a la opinión. El método tradicional para decidir un bombardeo consiste en hacer alrededor del objetivo un círculo cuyo radio de acción dependerá del poder de la bomba, y checar si hay población civil adentro.

Los daños colaterales

El nuevo software tiene en cuenta las características de la bomba, el terreno y la estructura de los objetivos para predecir los daños de manera más precisa. En lugar de hacer un círculo alrededor del objetivo, Bugsplat dibuja una mancha de contornos irregulares que se parece a lo que se ve después de aplastar a un insecto.

“Nos permitirá elegir como blanco a las instalaciones que queramos con la confianza de saber que no ocasionaremos daños colaterales”, dijo al Washington Post el brigadier general Kelvin R. Cappock, director de inteligencia del Comando de Combate Aéreo.

En otro campo, el Pentágono se ha estado preparando para poder lanzar un ciberataque contra las computadoras enemigas. El Federal Computer Week, una publicación especializada en informática gubernamental, informó a principios de febrero que el Departamento de la Defensa había creado un servicio llamado Computer Network Attack (Ataque a Redes de Computadoras). «No importa si nos tomamos un centro de informática con una bomba… o con un programa de denegación de servicio. Si representa algo de vital importancia para el adversario y nos encontramos en una guerra, consideraremos esta opción”, declaró un portavoz del Pentágono.

Microondas dirigidas

La tecnología más innovadora es la de las microondas invisibles dirigidas a un punto específico. Es capaz de inutilizar sistemas de comunicación y microprocesadores.

Una explicación relativamente clara del fenómeno se puede encontrar en el sitio del laboratorio de investigación de la Fuerza Aérea de EE.UU. “Mientras que un horno microondas típico genera menos de 1.500 vatios de poder [para penetrar un recipiente y cocer la comida], la División está trabajando con equipos que pueden generar millones de vatios de poder. Cuando estas microondas se topan con aparatos de microelectrónica modernos, los resultados son devastadores para los elementos electrónicos, causando que se “quemen” o que no funcionen debidamente o del todo.»

Las microondas dirigidas pueden ser utilizadas sin matar personas y tampoco implican la destrucción de fuentes de electricidad. Son ideales para hacer la guerra en Bagdad, estima el New York Times en base al análisis de varios expertos, y todo parece indicar que los Estados Unidos están a la vanguardia de esta tecnología. El problema se debe a que otros países, como Rusia o China, están haciendo sus propias investigaciones. El Pentágono debe comenzar a tener cuidado, nos explicó John Arquilla, profesor de análisis de la defensa en la Universidad Naval de Monterey en California: “Son nuestros militares los que más dependen de las comunicaciones y la informática y la mayor parte de nuestros aparatos no están protegidos contra tales armas».

A lo que hay que añadir aquello que se suelen llamar «consecuencias no planeadas» en el uso de las tecnologías. Según los oficiales interrogados por el Washington Post, se estima que 3.000 bombas y mísiles teledirigidos sean lanzados durante los primeros dos días de la campaña aérea contra Irak. La mayor precisión con la que ahora se cuenta tiende en efecto a incentivar a los oficiales a lanzar más bombas, y bombas más potentes ya que confían en poder evitar los daños colaterales.

The Washington Post

Federal Computer Week

Laboratorio de investigación de la Fuerza Aérea de EE.UU. – Microondas

The New York Times

J’enquête, je suis et j’analyse les technologies de l’information et de la communication depuis la préhistoire (1994). Piqué par la curiosité et l’envie de comprendre ce que je sentais important,...