¿De quién es el DVD (o el CD) que acabas de comprar? En Estados Unidos la cuestión no es meramente retórica. Si nadie duda que los átomos del objeto (DVD o CD) son de quién lo compró, hay dudas sobre la información que trae (película, música o lo que sea). Según la ley adoptada en 1998 y conocida como DMCA (Digital Millennium Copyright Act) el comprador ni puede hacer copias para su uso personal lo cual es visto como un abuso según una parte de quienes cuentan en Silicon Valley.

San Francisco, Californie, 17.mar.03

El 10 de marzo, la congresista por San José, Zoe Lofgren, depositó por segunda vez un proyecto de ley llamado «BALANCE» cuyo objetivo es extender el llamado «fair use» (uso aceptable) que cubre las obras análogas a las obras digitales (copias personales, utilización en varios aparatos etc.). «El reto,» según explica en declaraciones oficiales, «es lograr mantener el tradicional balance en la era digital al encontrar formas que permitan castigar los piratas digitales sin tratar a cada consumidor como si fuera uno.»

Los defensores de la ley alegan que la facilidad de realizar copias idénticas al original y de distribuirlas por la red tiene que ser controlada gracias a dispositivos legales y técnicos extremadamente rigurosos.

Acabar con el «Todos los derechos reservados»

El esfuerzo legislativo de Lofgren no resulta ser aislado. En la escuela de derecho de la Universidad de Stanford, un grupo animado por el Profesor Lawrence Lessig, conocido por sus tomas de posición en contra de las prácticas monopolísticas de Microsoft y su cuestionamiento del DMCA, apoya una iniciativa lanzada oficialmente en diciembre pasado y llamada Creative Commons o CC. Su filosofía consiste en acabar con el «Todos los derechos reservados». El autor se reserva algunos derechos pero no todos, en condiciones que le parecen apropiadas y que el mismo determina.

Así el cantante de folksong Roger McGuinn publica cada mes una canción grabada por él. Su página (www.ibiblio.org/jimmy/folkden/) tiene una etiqueta correspondiente a la licencia depositada con Creative Commons. Lo cual muestra que cualquier usuario puede utilizar las canciones si menciona el autor, no la usa con fines comerciales y no la modifica.

Para facilitar el uso de su licencia, CC propone cuatro símbolos visuales que corresponden cada uno a una cláusula. Por ejemplo, un dólar tachado prohibe la utilización con fines comerciales, mientras el signo «=» solo permite el uso sin modificación. Cada símbolo viene acompañado de un documento legal y un código digital (meta-tag) que puede ser leído por motores de búsqueda y programas tipo Kazaa lo cual facilita el respecto de los términos de la licencia.

La idea se inspira del movimiento «open source» (fuente abierta) y de las reglas concebidas para el uso de programas tipo Linux. «La belleza de su concepto,» explica Glenn Otis Brown, director ejecutivo de CC «es que se basa en el consentimiento de los dueños del derecho de propiedad – independientemente de cualquier acción legislativa – y es motivado por una maravillosa mezcla de autointerés y de espíritu comunitario. Si se hace bien, compartir sería a la vez inteligente y correcto.»

«La red funciona con amor más que con codicia»

Tal alteración al principio cardenal de la búsqueda de ganancias podría tener éxito con un número significativo de creadores sobre todo en la internet. En enero del año 2002, Kevin Kelly, co fundador de la revista Wired escribió en el Wall Street Journal que «la red funciona con amor más que con codicia». Apenas un 30% de los millones de páginas son alimentadas por empresas comerciales recordaba Kelly. Esto ha sido teorizado por el profesor finés de la Universidad de Berkeley Pekka Himanen en un libro sobre «La ética Hacker». Según él lo que distingue esta nueva tendencia de la ética protestante, enaltecida por Max Weber y centrada en el dinero y el trabajo, es el trabajar por placer y con pasión. Un movimiento al cual debemos la creación de la computadora personal, el movimiento open source y la web.

De cierta manera el objetivo de CC es hacer que ambas éticas sean compatibles y dejar que el autor escoja en qué proporción.

La proposición de Zoe Lofgren

Creative Commons

Public Knowledge

El Folk Den de McGuinn

El artículo de Kevin Kelly

J’enquête, je suis et j’analyse les technologies de l’information et de la communication depuis la préhistoire (1994). Piqué par la curiosité et l’envie de comprendre ce que je sentais important,...