Desde que se dibujaron portulanes un mapa le permite al viajero encontrar su camino. En el mundo digital e interactivo en que vivimos, sin embargo, los dispositivos que nos ayudan a no perdernos también pueden servir para que otros sepan done estamos en cada instante. El GPS (Global Positioning System) facilita la navegación de capitanes de barco y conductores de camión gracias a la comunicación con una serie de satélites militares estadounidenses. Permite también la localización de la nave o del vehículo por parte de los patrones o de las autoridades. En términos comerciales es bueno porque crea dos motivaciones de compra. El impacto sobre la vida privada, sin embargo, es más complejo de analizar.
San Francisco, California, 27.ene.03
Varias compañías han lanzado al mercado aparatos capaces de seguirles el rastro a niños rebosantes de energía. Wherify, por ejemplo, ha concebido un brazalete equipado con GPS que puede ser abrochado a la muñeca de los pequeños. Los padres pueden conectarse a un sitio enlazado a la red satelital para saber con precisión dónde se encuentra el niño. No se puede negar que la idea resulta bastante tentadora.
Etiquetas electrónicas en la ropa?
Los adultos no pierden nada con esperar. Los objetos que compremos tendrán algún día etiquetas electrónicas dotadas de un dispositivo que permita localizarlos en cualquier momento. La tecnología, denominada RFID (Radio Frequency Identification), ya está siendo utilizada con grandes paquetes para poder rastrear su desplazamiento. Los costos tienden a bajar (hasta 10 centavos si se producen mil millones de etiquetas) y de igual manera será dotada la ropa, de manera visible o no.
Wal-Mart, la cadena norteamericana de hipermercados y Tesco, su contraparte británica, han lanzado programas pilotos de instalación de escáneres capaces de localizar estas etiquetas. Permite saber cuáles departamentos de las tiendas reabastecer o conocer el valor total de las mercancías escogidas por un cliente en el mismo instante en que se presente en la caja registradora.
Puede servir para inducirlo a más compras gracias a publicidad adaptada a su perfil de compra mientras está en la tienda, y nada prohíbe que la etiqueta siga activa después de su salida. El Auto-ID Center, un programa de investigación financiado por industriales, declaró a News.com que está estudiando un mecanismo para desactivar a la RFID. La clave estará en sus reglas de utilización.
Localizar a quienes usan teléfonos celulares
Los teléfonos portátiles representan una amenaza más próxima. En 2004, las compañías de teléfonos celulares estadounidenses deberán ofrecer un servicio que permita localizar la posición de toda persona que llame al 911, el número para llamadas de emergencia. Se trata, claro está, de salvar las vidas de aquellos que están en una situación lo suficientemente apremiante para no poder dar sus coordenadas o que las ignoren. Sin embargo, una vez lanzada, la tecnología podrá ser utilizada para propósitos diferentes. Si la seguridad lo requiere, por ejemplo.
La versión comercial ya existe. Find Friends de AT&T permite localizar a otros y se autodefine así: «Al saber donde se encuentran tus amigos mediante la localización de sus teléfonos, puedes decidir si llamarlos, enviarles un mensaje o encontrar un lugar para encontrarte con ellos (además de las instrucciones para poder llegar hasta ahí)”. La versión de Ericsson se llama «Where are they now” (Dónde se encuentran ahora). Instalada por la compañía Israelí LocatioNet, permite a los usuarios enviar a una lista de personas escogidas mensajes que indiquen dónde se encuentra uno en cualquier momento. La idea surgió después de los sucesos del 11 de septiembre de 2001.
Comodidad y seguridad, dos activos altamente valorados, han hecho que ciertos usuarios demuestren un mayor interés por el aspecto de la localización, que por las posibilidades de navegación, que ofrece el GPS. No resulta difícil imaginar cómo el asunto podría conducir a prácticas abusivas.
RFID tags: Big Brother in small packages
